Inversiones millonarias en construcción de drenaje donde el 90 por ciento de la población no tiene agua potable, un tramo carretero de concreto hidráulico, donde la gente, no tiene que comer.
En la Sierra de Zongolica poblada por cerca de 200 mil personas, se encuentran nueve de los 125 municipios con alta marginación de todo México.
Mixtla de Altamirano con 10 mil habitantes se sitúa en el cuarto lugar como el municipio mas pobre del país.
Los índices de pobreza alimentaria, dejan de ser un numero cuando la realidad se observa de cerca.
En la población de Mixtlantlakpak, sentados en un muro de piedra, contemplando el hermoso, pero deforestado paisaje que ofrece la sierra de Zongolica, esta un grupo de señores, pareciera que descansan después de una jornada larga de trabajo.
“no crean que están ahí por recreación, diversión o descanso”, dice un profesor de la comunidad, “aquí no hay nada que hacer, ni siquiera trabajo, están esperando a ver que pasa”.
Don José Teclactle, de 56 años se dedica a la siembra para comer, produce maíz para alimentar a su familia, de este producto hacen atole y tortillas que acompañan con frijoles y chile, será la comida que pruebe una vez al día, además de café que el mismo cosecha.
Si tienen buena suerte y puedan cazar algún animal, comerán carne, quizá una vez al mes.
En Mixtla no pasa nada, y lo que pasa, no beneficia a la población, lo que aquí sucede esta alejado del el estomago vacío de la gente.
Maria Cuahua tiene siete hijos, los dos chiquitos se esconden entre sus piernas, su carita esta sucia, sus pies descalzos. Cuando un paquete de galletas sale de una bolsa de supermercado, su carita apenada cambia a una sonrisota, lo toma en sus manos y lo abraza, como si fuera un regalo de reyes magos, mira a su mamá y vuelva a reír.
Con una sonrisa, la mamá afirma que tendrá mas hijos, aunque su esposo gane 50 pesos diarios para alimentar a las nueve personas que conforman su familia.
La infraestructura que no llena los estómagos.
El perfecto maquillaje de la pobreza es la ilógica obra publica que las “conscientes” autoridades construyen.
Casi el 90 por ciento de la población no cuenta con agua potable, ni siquiera con agua entubada.
El recorrido hacía el río es de 20 a 30 minutos, para traer en la espalda un bote de 20 litros de agua que les servirá para el consumo y lavarse las manos, para bañarse, tendrán que dar otra vuelta.
Esta caminata la darán sobre un camino millonario de concreto hidráulico, como el que usan en las ciudades.
En Nahuatl don José explica la necesidad más importante, el traductor comenta, “que un tanque de agua seria lo que mas quiere”.
Las pequeñas casas de madera son iluminadas con un sólo foco, éste es el único uso que le dan a la energía eléctrica, pues no cuentan con aparatos eléctricos como lavadora, televisión o refrigerador, los que tienen mayor oportunidad cuentan con un radio, con el cual, la única estación que escucharan será la indígena.
El drenaje, la pavimentación y la energía eléctrica no llena el estomago de los habitantes de la sierra, lo único que llena son los índices que marcan que la población que cuente con este tipo de servicios “no es tan pobre”, auque el hambre siga presente.
Programas para la Sierra, planeados desde las oficinas
Los estudiantes y maestros cercanos de la zona, comentan que los apoyos federales “si llegan”, pero en español y con una gran cantidad de requisitos, para quienes apuradamente y cuentan con actas de nacimiento.
“yo puedo pegar la convocatoria en la pared, pero nadie los va a leer”, comenta el maestro.
Los programas deben llevar un procedimiento, ir a la ciudad de Xalapa, papeleo, entre muchos tramites más.
La gente no tiene papeles, la gente no entiende español, la gente sólo conoce el Náhuatl.
El único programa que aquí llega es Oportunidades, lo que significa una gran entrada extra para las personas, de ganar casi 500 pesos al mes para toda una familia de más de 10 personas, 350 pesos mas de gobierno federal, representa un monto importante, además de cien pesos de subsidio para la luz.
Através del DIF, el Gobierno Estatal apoya con “cocinas comunitarias” donde entrega de manera gratuita despensas a un grupo de madres que se encarga de preparar la comida de los alumnos a un precio de menos de cinco pesos.
Pero a veces la comida no llega y los niños se quedan sin comer.
Algunas personas de ayuda comunitaria comentan que en una ocasión CONAGUA realizó una obra de 15 millones de pesos para entubar el agua, suministrada desde un nacimiento natural, los ingenieros hicieron mal el calculo y el agua no tuvo la fuerza necesaria para subir.
En un segundo intento minaron el nacimiento y con el impacto, perdió la estructura natural de donde se obtenía el agua y la obra no se concluyó.
El camino que va de Mixtla de Altamirano a Mixtlantalkpak, es una obra que debió concluir desde el año pasado, la constructora se declaró en quiebra y la carretera sigue empedrada, ahora, los ingenieros de dichas compañías patrocinan las campañas políticas, dicen algunas personas.
En la comunidad existe un centro de salud, el cual “irónicamente” tiene más personas que medicinas, bueno, de hecho, no hay medicinas necesarias para una enfermedad grave.
Preferir el camino difícil
Lo mas fácil para las mujeres indígenas es casarse como a las doce años y tener hasta una docena de hijos.
Irma prefirió el camino difícil, se esforzó para estudiar y llegar hasta la Universidad, aunque en el intento estuvó a punto de desertar dos veces, ya que sus hermanos también estudiaban, obtuvo varias becas, ahora esta por graduarse como Ingeniero en Desarrollo comunitarios.
Se trata de que ella sea un interlocutor entre la población indígena y el desarrollo, através de brigadas llega hasta comunidades como Mixtlantlakpak y brinda cursos a las mujeres sobre equidad y genero, uso correcto de la basura, administración de recursos naturales, entre otras.
Ahora Irma, regresa a su comunidad con la intención de ayudar, con el conocimiento necesario para que la población pueda tener acceso a los programas de gobierno, ella será quien lea a las convocatorias, quien les explique que procedimiento deben desarrollar.
Con iniciativas como la de esta joven de 23 años, la comunidad indígena podrá tener mayor oportunidades, podra salir de esa alta marginación, ella podrá guiarlos por un camino de progreso por donde el concreto hidráulico no pasa.